Desgraciadamente hoy en día nos encontramos con situaciones complejas y de difícil solución de manera rápida.Cuando nos disponemos a llevar a cabo un proceso de selección para un centro de acción social , tenemos que sopesar diferentes variables y no siempre las mejores son las mas adecuadas.
Cuando hablamos de profesionalidad en acción social , no siempre nos vamos a encontrar la directa relación entre formación y profesionalidad. Hoy en día es muy difícil encontrar esas dos constantes en una sola unidad. Es complicado si no fuera , en la mayoría de las veces, por un colectivo que es muy representativo como grupo de trabajo en este sector : las mujeres mayores de 45 años.
Este colectivo poseen la experiencia de haber sido , en gran parte de su tiempo , cuidadoras , bien de sus hijos , de sus maridos y/o de sus padres. Por tanto poseen la experiencia precisa para poder llevar a cabo una labor como la de cuidar, que en gran medida es la tarea que se lleva a cabo en los centros de acción social.
Pero desgraciadamente de nuevo nos encontramos con dificultadas y con muros, en la mayoría de las ocasiones, fuertes y absurdos.
Hoy, este grupo de profesionales a veces se ven relegadas a un segundo plano por carecer de esa titulación que, en muchos casos solo garantizan la formación pero no siempre la experiencia y el ser profesional.
Hoy, este grupo de profesionales ven como su trabajo puede estar en peligro por no tener un título y por no poseer una formación reglada. Eso desde mi punto de vista es totalmente injusto.
Desde el sector residencial no encontramos con enormes problemas de incongruencias entre administraciones y estas incoherencias están repercutiendo de forma negativa en todas estas profesionales.
La formación que precisan, que no pudieron obtener en su día bien por condicionantes sociales, familiares y/o económicos pueden obtenerla supuestamente a través de los cursos organizados por las administraciones dedicadas a Empleo , pero a la hora de la verdad las administraciones dedicadas a Igualdad y Bienestar social no las reconoce ,por lo que se obliga a la empresa a contratar un titulo , no una profesional , o en algunos casos a prescindir de la profesionalidad en pos de la formación.
Esas profesionales también lo tienen complicado para acceder a los certificados de profesionalidad ya que por su edad y, en gran parte, por escaso tiempo para poder prepararse un examen y hacer los cursos que se precisan van a poder obtenerlos.
Esto plantea una disyuntiva entre lo que se debe hacer y lo que se quiere hacer y desgraciadamente en muchos casos el deber tiene mas peso que el querer.
Desde mi punto de vista se debería tener más en cuenta a la hora de seleccionar al personal y de elaborar las normativas en acción social , no solo en la parte estructural de los centros sino la calidad de las personas y eso desgraciadamente no siempre lo da un título.
Creo que se debería dar oportunidad a muchas mujeres que están esperando poder realizarse a través de su trabajo, un trabajo que llevan haciendo toda su vida y en la que están inmensamente formadas.
