Los contextos de protección animal ofrecen muy buenas oportunidades para la implementación de proyectos de terapia y educación asistida con animales (TEAA) dirigidos a colectivos humanos en situación de vulnerabilidad.
Este tipo de iniciativas plantea un modelo en el que tanto los animales como las personas implicadas obtienen un beneficio mutuo, los primeros mejoran capacidades, adquieren valores, aumentan sus competencias sociales y emocionales, etc, mientras que los animales residentes en estos contextos se benefician de los cuidados,entrenamiento, interacción afectiva y por supuesto de una mayor visibilidad.
No en vano, este tipo de iniciativas ya llevan más de una década de funcionamiento en países como Canadá y EEUU donde un amplio porcentaje de entidades dedicadas a la protección animal incorporan programas educativos, terapéuticos y comunitarios. Así, suponen para dichas entidades el poder ganar eficacia a la hora de obtener financiación, hacer patente la problemática de maltrato y abandono animal en nuestro país, además de contribuir a cambiar la visión sobre los animales y su función en la sociedad en la población general.
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